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¿Qué es el Karma?

En el budismo y el hinduismo, ley que rige las sucesivas reencarnaciones de una persona, condicionando los sucesos y las circunstancias que le afectan en su vida según las acciones que realizó en existencias anteriores.


El Karma en las relaciones:

Las ‘relaciones kármicas’. Entre personas que se han conocido en otras vidas y que han experimentado intensas emociones con relación a uno y otro. El rasgo característico de una relación kármica es que las parejas llevan dentro emociones irresueltas, tales como culpa, miedo, dependencia, celos, ira o algo similar. Debido a esta ‘carga’ emocional irresuelta, ellos se sienten atraídos uno al otro en otra encarnación.


La finalidad del encuentro reiterado es proveer de una oportunidad para resolver el problema inminente. Esto sucede recreando el mismo problema en un corto período de tiempo. Cuando ellos recién se encuentran, los ‘jugadores’ kármicos sienten un apremiante impulso a estar más cerca uno del otro, y después de algún tiempo ellos comienzan a repetir sus viejos patrones emocionales del rol. Ahora se ha establecido el escenario para enfrentar otra vez los viejos problemas y tal vez manejarlos de un modo más iluminado. El propósito espiritual del encuentro reiterado es que ambos en la pareja hagan otras elecciones diferentes a las que han hecho durante aquella vida anterior.


Pueden reconocer un encuentro kármico por el hecho de que ustedes inmediatamente sienten a la otra persona extrañamente familiar. Con mucha frecuencia también existe una atracción mutua, algo apremiante ‘en el aire’, que los impulsa a estar juntos y a descubrirse. Si se da la oportunidad, esta fuerte atracción puede llegar a convertirse en una relación de amor o en una agobiante ‘pasión’. Las emociones que experimentan pueden ser tan abrumadoras que ustedes piensan que han encontrado a su alma gemela. Sin embargo, las cosas no son como parecen. Siempre habrá problemas en este tipo de relaciones, que tarde o temprano emergerán. A menudo, las parejas terminan involucrándose en un conflicto psicológico que tiene poder, control y dependencia como ingredientes principales. Ha habido un profundo encuentro emocional entre ellos el cual ha dejado profundas cicatrices y trauma emocional. Es por esto que las fuerzas de atracción así como también la repulsión pueden ser tan violentas cuando ellos se encuentran otra vez en una nueva encarnación.


La invitación espiritual a todas las almas que están energéticamente enredadas de este modo es dejar ir al otro y volverse una ‘entidad en sí misma’, libre e independiente. Las relaciones kármicas como han sido mencionadas aquí casi nunca son relaciones de larga duración, estables, amorosas. Son relaciones destructivas más que sanadoras. Muy frecuentemente, el propósito básico del encuentro es lograr soltarse uno del otro. Esto es algo que podría no haberse hecho en una o más vidas pasadas, pero ahora hay otra oportunidad para liberarse uno al otro en amor.


Relaciones Sanadoras:

Hay relaciones que son sanadoras y otras que son destructivas. Una característica de las relaciones sanadoras es que las parejas se respetan uno al otro como son, sin tratar de cambiar al otro. Sienten mucho placer en su mutua compañía, pero no se sienten intranquilos, desesperados o solos si el otro no está alrededor. En esta clase de relación, ustedes ofrecen comprensión, apoyo y aliento a su ser amado sin tratar de resolver sus propios problemas. Hay libertad y paz en la relación. Por supuesto, puede haber desacuerdos de vez en cuando, pero las emociones que surgen son efímeras. Ambos en la pareja están preparados para perdonar. Hay una conexión del corazón entre ellos como resultado de lo cual ellos no tomarán las emociones o errores de la otra persona como algo personal. Debido a que no dispara una capa más profunda de dolor, ellos no le dan mucha importancia a eso. Emocionalmente, ambos en la pareja son independientes. Ellos no toman su fuerza y bienestar de la aprobación o de la presencia de su compañero. Él o ella no sienten un vacío en su vida sino que agrega algo nuevo y vital.


En una relación sanadora, las parejas pueden también conocerse uno al otro de una o más vidas pasadas. Pero en estos casos, casi nunca hay una carga emocional kármica como se describió anteriormente. Las dos almas pueden haberse conocido en una vida pasada de un modo que fue esencialmente alentador y sustentador. Como amigos, pareja o como padre e hijo, ellos se han reconocido uno al otro como compañeros de alma. Esto crea una unión indisoluble a lo largo de varias vidas.


Agradezco a Laura Borja Cano, por permitir el uso de su fotografía en esta publicación. Texto de Jeshua Pamela Kribbe.


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